Atención: Tu navegador no soporta algunas funcionalidades necesarias. Te recomendamos que utilizes Chrome, Firefox o Internet Explorer Edge.

MUNDO CANELA

SUMÉRGETE EN EL MUNDO CANELA

  • 0
    Mecenas
  • 0,00
    mensuales
  • 0,00
    total
  • 0
    Mecenas

EL AMOR QUE NOS SOSTIENE

DMA
Después de la tormenta, la vida me trajo a Javi.

No llegó como los amores de antes, envuelto en urgencias o pasiones desbordadas. Llegó despacio, como un domingo sin prisa, como una taza de café compartida al sol. Me encontró cansado, roto, distinto. Ya no era el chico que buscaba amor en los márgenes, ni el hombre que confundía deseo con afecto. Era otro. Más frágil, más sabio, más consciente de lo que valía.

Javi no quiso rescatarme. Me miró como se mira a alguien que ha pasado por mucho, y no necesita lástima, sino verdad. Profesional, trabajador incansable, de carácter templado y mirada honesta. Con él aprendí algo nuevo: que el amor también puede ser un hogar. No un incendio. No una montaña rusa. Un hogar.

Nos encontramos en ese punto donde las heridas ya no duelen tanto y las palabras no hacen falta para sostener. Él me abrazó sin hacer preguntas, sin querer cambiar nada. Me dejó ser quien era: con mis silencios, mis miedos, mis días buenos y mis caídas. Con él no tenía que esconder mi pasado. Ni mi cuerpo. Ni mis cicatrices.

Nos fuimos construyendo sin prisa. Aprendimos a reírnos de lo cotidiano, a cocinar juntos sin competir, a cuidar del otro sin invadir. Hablamos mucho, de todo. De la infancia, de los centros, de los errores, de los sueños. Pero también aprendimos a estar en silencio. A mirar una serie con las piernas cruzadas en el sofá y sentir que el mundo estaba bien solo por estar juntos.

Mi identidad sexual, que durante años fue una carga, se convirtió en algo que simplemente era. Sin adjetivos. Sin lucha. Solo una verdad tranquila. Por primera vez, me sentí completamente yo. Y eso lo cambió todo.

A veces, cuando lo veo dormir, me pregunto qué habría sido de mí si no lo hubiera conocido. Y me doy cuenta de que no se trata solo de amor romántico. Se trata de encontrar a alguien que te recuerda cada día que mereces ser feliz. Alguien que no te pregunta por qué escribes, sino qué vas a escribir mañana. Alguien que lee tus textos antes que nadie, que te da su opinión sin filtro, que cree en ti más que tú mismo.

Con Javi no hay necesidad de esconderse. Ni de correr. Él es el descanso que nunca supe que necesitaba. La certeza en medio de todas las dudas.

Y si miro atrás, a todos los hombres que me hicieron esconderme, que me hicieron callar, que me hicieron dudar… solo puedo decirles una cosa: ya no tienen poder sobre mí.

Porque ahora tengo a Javi. Y conmigo mismo.

Comentarios (0)

Escribe un comentario

Para añadir un comentario, inicia tu sesión o regístrate.